Afrontar un diagnóstico de autismo no es tarea fácil, y cuando una familia recibe el diagnóstico de autismo de su hijo o hija se plantean muchas dudas respecto a las necesidades que tendrá en un futuro y sobre cuáles son los primeros pasos que hay que dar. Una de las preguntas que se pueden realizar es: ¿Mi hijo con autismo necesitará intervención durante toda su vida?
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Está más que demostrado que una intervención temprana puede generar grandes cambios positivos en el pronóstico de las personas con autismo, pero los niños con autismo crecen y se combierten en adultos con autismo, y estos también necesitarán apoyos y ayuda profesional adaptada a sus necesidades específicas.
“Diagnóstico de autismo”: Guía orientativa para familias
Los apoyos a las personas con autismo a lo largo de su vida
El autismo no tiene cura, y por lo tanto esto significa que aunque las personas con autismo pueden experimentar grandes avances a lo largo de su vida, estas vivirán con la condición del autismo de forma permanente.
El apoyo que las personas con autismo necesitan varia mucho entre ellas debido a la gran variabilidad que existe dentro del espectro del autismo. Pero además, también los apoyos variaran a lo largo del tiempo para el mismo individuo, a medida que este crezca.
Por lo tanto, es muy importante adaptar el apoyo que damos a las personas con autismo a lo largo de toda su vida en función de sus necesidades en cada momento evolutivo.
Así pues, aunque la intervención puede variar desde una intervención de varias horas a la semana durante sus primeros años de vida a un soporte más puntual en la adolescencia o la adultez, las personas con autismo mayoritariamente necesitan soportes más o menos intensivo a lo largo de toda su vida.
Intervención en las principales etapas vitales de las personas con autismo
Primera infancia
La intervención en la primera infancia es clave para el futuro desarrollo del niño o niña con autismo.
Una intervención de calidad adaptada a la condición de las personas con autismo, puede alterar de forma muy positiva el desarrollo neurológico del infante con autismo.
En la intervención temprana es cuando más horas se deberían destinar a la estimulación de la persona con autismo a lo largo de su ciclo vital.
Esta intervención debe basarse en abordar las dificultades sociales, comunicativas y conductuales específicas del autismo y en asesorar y empoderar a los padres para que estos sepan como comunicarse, jugar y gestionar las conductas de su hijo.
Etapa escolar
En esta etapa es muy importante acompañar y asesorar a los padres en la elección del tipo de escolarización más adecuada para su hijo o hija con autismo.
Esta decisión irá muy ligada al país en concreto, ya que en algunos países se fomenta mucho la inclusión en centros ordinarios de los alumnos con necesidades especiales y en otros se fomenta muy poco.
La escolarización inclusiva en centros ordinarias es muy recomendable, pero si no se destinan los suficientes esfuerzos o recursos, el niño con necesidades especiales no será bien atendido y esto puede generar resultados muy negativos. En estos casos, una escolarización compartida o en un centro especial puede ser una buena opción.
En esta etapa es importante que los profesionales del autismo se coordinen con los profesores de la escuela para poder darles pautas y trabajar en una misma dirección.
Es importante que durante este período escolar se preste especial atención al trabajo en las relaciones sociales entre el niño o niña con autismo y sus compañeros, para así fomentar el desarrollo de habilidades sociales y evitar el posible bullying al alumno con autismo.
Vida adulta
En esta etapa de la vida, que es la etapa más larga de la vida de una persona, se debe priorizar la calidad de vida de la persona con autismo.
Con calidad de vida nos referimos a que la persona pueda participar activamente en su entorno comunitario, que la persona tenga amigos y familiares próximos con los que relacionarse, que la persona trabaje o acceda a un centro ocupacional que le haga sentirse realizado, o que tenga acceso a una vivienda y a un salario o una prestación social digna.
La realidad es que la adultez es una etapa muy compleja y también es la etapa en la que se destinan menos apoyos a las personas con autismo, tanto en las personas con un autismo leve como en las personas con un autismo severo.
Uno de los grandes objetivos en el ámbito del autismo para los próximos años es el desarrollo de programas específicos de apoyo a los adultos con autismo o otros trastornos del desarrollo.
Resumen
Por lo tanto, la mayoría de las personas con autismo necesitarán ciertos apoyos a lo largo de toda su vida. Los niños pequeños con autismo necesitan una intervención de mayor cantidad de horas, y los adultos con autismo necesitarán más bien soportes, asesoramiento y adaptaciones puntuales para tener una mayor calidad de vida.
Esta intervención y los soportes que necesitan las personas con autismo se deberán ir adaptando en función de sus necesidades a lo largo de todo su ciclo vital.
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