Última actualización: 17 de enero de 2024
Los miedos y fobias son emociones y sensaciones que pueden ser experimentadas de forma distintas por parte de los niños con autismo.
La presencia de miedos, temores y fobias durante la infancia es algo completamente normal y pasajero, siendo parte del ciclo evolutivo de la persona.
Pero en el caso de los niños con autismo, a menudo existen otro tipo de temores y miedos más estables y duraderos en el tiempo, que pueden interferir de forma importante en el día a día de la persona.
Índice
Los miedos y las fobias, como hemos comentado, son muy normales en todos los niños y suelen desaparecer de forma natural sin suponer un esfuerzo importante por parte de los padres.
Pero en el caso de los niños con autismo, frecuentemente observamos unos temores que no son propios de su etapa evolutiva y que normalmente permanecen de forma más estable en el tiempo, siendo más difícil de que desaparezcan, y que requieren de un enfoque específico para reconducirlos.
😨 MIEDOS, FOBIAS Y TEMORES DE LAS PERSONAS AUTISTAS
La experiencia de miedos y fobias en la infancia es una parte integral y normal del desarrollo humano, que forma parte del propio desarrollo cognitivo y emocional.
Sin embargo, para los niños con autismo, este viaje emocional puede manifestarse de manera distinta, apareciendo miedos más persistentes y peculiares que requieren una atención específica.
En este apartado exploraremos dos vertientes distintas pero interrelacionadas de los miedos y fobias en el contexto del autismo.
En primer lugar, examinaremos los miedos evolutivamente normales que surgen entre los 3 y 6 años, analizando las reacciones comunes a situaciones cotidianas que son superadas con el tiempo.
A continuación, nos adentraremos en los miedos y fobias propios del autismo, que, si bien pueden compartir algunas similitudes con las experiencias típicas de la infancia, presentan características más persistentes y desafiantes.
Al comprender la naturaleza de los miedos en las personas autistas, podremos abordar de manera más efectiva las estrategias de intervención y apoyo necesarias para garantizar un desarrollo emocional saludable:
Miedos y fobias evolutivamente normales
Entre los 3 y 6 años, y a veces un poco más allá, es común que la mayoría de niños experimenten miedos ante situaciones cotidianas.
Estos temores pueden incluir quedarse solos en casa, sentirse inseguros frente a desconocidos, temer a la oscuridad o preocuparse por la presencia de monstruos o criaturas imaginarias.
Estos miedos son parte natural del proceso de desarrollo, ya que en esta etapa los niños aún no han alcanzado una comprensión completa del mundo que les rodea.
Les resulta desafiante entender algunas situaciones y esto genera ansiedad y miedo.
Lo interesante es que estos miedos suelen desvanecerse de manera espontánea a medida que los niños crecen y adquieren una comprensión más sólida de su entorno.
En la mayoría de los casos, no se requiere la intervención de un especialista, ya que este proceso forma parte del desarrollo emocional típico de la infancia.
La mayoría de niños con autismo también experimentan estos miedos, aunque los pueden vivir con ciertas diferencias en función de sus características individuales, influenciadas por el autismo.
Miedos y fobias específicas del autismo
Es evidente que los niños con autismo atraviesan la fase de miedos y fobias que son típicas del desarrollo infantil.
Sin embargo, debido a la naturaleza del autismo, también pueden experimentar miedos adicionales que son más persistentes, intensos y desafiantes de manejar.
Estos miedos y fobias específicos del autismo pueden manifestarse de diversas maneras y ante diferentes situaciones.
Algunos ejemplos de los miedos en el autismo más comunes incluyen:
- Reacciones de miedo y pánico frente a ciertos sonidos
- Comportamientos de evasión en situaciones aparentemente inofensivas
- Respuestas de miedo y pánico durante actividades como cortarse el pelo o las uñas
- Angustia en situaciones con grandes aglomeraciones de personas
- Ansiedad ante situaciones imprevistas
Estas respuestas de miedo ante situaciones que podrían parecer inofensivas pueden afectar significativamente la vida diaria de la familia y la participación del niño en entornos sociales.
Por esta razón, es crucial identificar estas situaciones y trabajar de manera específica para reducir estas reacciones.
Si estas conductas se presentan de manera frecuente y tienen un impacto significativo en la dinámica familiar, es imperativo que estas situaciones se conviertan en una prioridad de tratamiento para el equipo terapéutico del niño o niña.
A continuación, responderemos las siguientes tres preguntas, ya que son preguntas que se realizan muy a menudo en las redes sociales y en google, y queremos responderlas de forma contrastada y con autoridad profesional:
- ¿A qué le tienen miedo los autistas?
- ¿Qué le molesta a un niño autista?
- ¿Es cierto que los autistas tienen miedo al color amarillo?
¿A qué le tienen miedo los autistas?
La gama de miedos experimentados por personas en el espectro autista puede variar significativamente de un individuo a otro.
Algunos autistas pueden tener miedos comunes a situaciones sociales, cambios en la rutina, o estímulos sensoriales específicos, como sonidos intensos o luces brillantes.
Sin embargo, es esencial recordar que cada persona con autismo es única, y sus miedos pueden ser tan diversos como los de cualquier otra persona.
Sí que podemos determinar ciertos miedos que pueden ser habituales en los autistas, debido a las características del autismo, pero no significa que todas las personas con autismo los tengan.
Algunos de estos miedos, debido a las dificultades sociales o las alteraciones sensoriales del autismo, pueden ser ansiedad ante eventos sociales o miedo a los sonidos fuertes, entre otros.
¿Qué le molesta a un niño autista?
La respuesta a lo que molesta a un niño autista también puede ser muy individualizada.
Algunos niños autistas pueden experimentar incomodidad o irritación frente a estímulos sensoriales, como luces parpadeantes, texturas específicas o sonidos fuertes.
También pueden tener dificultades para lidiar con cambios inesperados en la rutina o desafíos en la comunicación social.
Es esencial reconocer las necesidades y preferencias únicas de cada niño autista para abordar lo que les resulta molesto de manera efectiva.
¿Es cierto que los autistas tienen miedo al color amarillo?
No hay evidencia científica que respalde la afirmación de que los autistas tienen un miedo generalizado al color amarillo.
Las experiencias y reacciones ante colores específicos pueden variar ampliamente entre individuos en el espectro autista.
Los miedos y aversiones específicos a ciertos colores son más propios de la individualidad de cada persona y no se pueden generalizar a toda la población autista.
👍 ¿Cómo tratar los miedos y las fobias en el autismo?
Los miedos y fobias evolutivamente normales suelen desaparecer de forma natural con el paso del tiempo, pero los miedos y fobias específicas del autismo pueden resultar persistentes y requerir de un enfoque terapéutico específico para que disminuyan o desaparezcan.
Existen 4 criterios que nos deben hacer plantear pedir ayuda profesional para tratar estas situaciones:
- Que suponga un riesgo de daño físico para el niño o otras personas.
- Que limitan y dificultan las rutinas cotidianas de la familia.
- Que limitan o sean obstáculo para el aprendizaje del niño.
- Que generen un malestar y una angustia muy intensa para el niño o la familia.
Es probable que si las reacciones de miedo y fobia ante estas situaciones son leves, el mismo niño pueda desarrollar estrategias para gestionarlas, y aunque le puedan generar cierto malestar, él mismo es capaz de gestionar sus emociones y sus reacciones.
Pero en los casos en que estas reacciones sean incontrolables por el niño con autismo, tenemos dos opciones:
Identificar el motivo del miedo y trabajarlo
Para afrontar las reacciones problemáticas a los miedos y fobias de las personas con autismo hay que identificar cuál es el motivo de estas.
Los motivos de estos miedos y fobias serán consecuencia de las dificultades propias del autismo y pueden ser diversos en función de cada caso concreto.
En muchas ocasiones las causas del miedo tendrán relación con las alteraciones sensoriales o con la ansiedad social propia del autismo.
Una vez identificado el motivo que genera este miedo o fobia, una de las estrategias más utilizadas es la exposición gradual a la situación concreta.
Por ejemplo, si un niño con autismo muestra miedo a sonidos como el secador de pelo, podemos empezar a trabajar la exposición gradual a esta situación encendiendo el secador a 10 metros del niño.
Cuando tolere este primer paso, encenderlo a 8 metros, y poco a poco, ir exponiéndolo gradualmente hasta que consiga tener el secador de pelo cerca de su cabeza.
Como siempre recomendamos, si la situación es compleja y no se observan avances, recomendamos consultar con un especialista en el campo del autismo.
Evitar la situación de miedo
Si después de trabajar el miedo o fobia concreta y asesorarse por profesionales del autismo no observamos avances, lo mejor será intentar evitar estas situaciones que generan las reacciones problemáticas.
Por ejemplo, si el niño con autismo presenta miedos a situaciones de aglomeraciones de personas o con muchos estímulos visuales, intentar evitar las situaciones o las horas puntas donde se acumula más gente. En este caso concreto, varios centros comerciales han introducido la denominada «hora silenciosa», amigable para las personas con autismo.
Habrá situaciones concretas como cortar el pelo o las uñas que no se podrán evitar, y en estos casos recomendamos ir trabajando a través de la exposición gradual y asesorándose con profesionales.
😎 La Realidad Virtual: ¿puede ser útil para tratar los miedos y fobias en el autismo?
La realidad virtual (RV) ha emergido como una innovadora herramienta terapéutica para abordar miedos y fobias específicas en personas con autismo.
Diversos estudios han respaldado la efectividad de la combinación de terapia cognitivo-conductual y exposición graduada en entornos virtuales.
Resultados alentadores, como los obtenidos en investigaciones recientes, sugieren que la RV puede ofrecer un entorno controlado y personalizado para que los niños enfrenten gradualmente sus miedos.
Idealmente, para beneficiarse de este enfoque, los niños, adolescentes o adultos con autismo deberían ser verbalmente competentes y no presentar discapacidad intelectual, permitiendo así una participación más activa en las sesiones de terapia.
Aunque se necesitan más estudios, la RV representa una esperanzadora opción terapéutica para mejorar la calidad de vida y el bienestar emocional de algunos niños con TEA.
🔵 CONCLUSIONES
Los miedos y fobias en el autismo constituyen una faceta compleja y única del desarrollo emocional de cada individuo en el espectro.
Si bien es cierto que los miedos evolutivamente normales suelen desaparecer con el tiempo, los específicos del autismo pueden perdurar, afectando la vida diaria y la participación en situaciones sociales.
El abordaje de estos miedos requiere un enfoque individualizado, identificando el motivo subyacente y aplicando estrategias específicas como la exposición gradual.
En algunos casos, puede ser necesario buscar ayuda profesional, especialmente si los miedos generan un impacto significativo en la rutina, el aprendizaje o la calidad de vida del niño con autismo y su familia.
La comprensión y aceptación de la diversidad de experiencias en el espectro autista son cruciales para ofrecer un apoyo efectivo y promover un desarrollo emocional saludable.
Al seguir explorando y adaptando estrategias, podemos trabajar hacia un futuro donde las personas con autismo puedan enfrentar y superar sus miedos con el respaldo necesario.
📚 Bibliografia sobre «Miedos y fobias en el autismo»
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